Un volcán dormido en el corazon de Africa

martes, 18 de noviembre de 2003

Jugando en la selva


Habrá quien se emocione viendo Sonrisas y Lágrimas, La lista de Schindler o tal vez Apocalypsie Now. Yo me he emocionado hoy viendo la película/documental Eyengui.
Un grupo de documentalistas españoles encabezados por Jose Manuel Novoa se adentraron en la última selva virgen de Africa, al sur de Camerún, armados con cuatro cámaras, un grupo electrógeno y cientos de caramelos para convencer a los pigmeos baka de ser por unos días actores de sí mismos, de jugar al juego de los blancos.
No me emocionó la historia, ideada en un café gris en España, ni la banda sonora, compuesta en un sintetizador y grabada a varias pistas en un estudio de primera calidad. No fue tampoco el perfecto encuadre de las imágenes ni la documentación, que no criticaré, ya que no soy antropólogo.
Lo que me emocionó de la película fue más bien las miradas traviesas de los niños de la selva, mientras jugaban con aquellos maravillosos extranjeros blancos que habían venido de muy lejos para distraerse unos días en su verde hogar.
Fueron sin duda días de fiesta para mis hermanitos de la selva, fueron días divertidos que aún hoy se cuentan de noche reunidos junto al fuego, con música y risas.
Demasiado acostumbrados los españoles a ver a los indíginas en un estado indolente y sufriendo calamidades en tantos fríos reportajes, aquí tal vez les sorprenda convertidos en ardientes actores y en excelentes (y pacientes) anfitriones.

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