Un volcán dormido en el corazon de Africa

miércoles, 31 de diciembre de 2003

Derechos



Derecho de paso. Esta genialidad la escribió con orgullo uno de los ingenieros yankis que participaron en el desastre del Pipeline Tchad-Camerún, el trazado de un oleoducto a todo lo largo de la última selva virgen de Africa.
Una sentencia que me conecta con un discurso de 1885, en el que el ministro francés Jules Ferry afirmaba tener especiales derechos en Africa:
Es preciso afirmar abiertamente que las razas superiores tienen un derecho con respecto a las razas inferiores [...] porque existe un deber hacia ellas. Tienen el deber de civilizar a las razas inferiores
Ambos justificaron los destrozos argumentando tener derecho a ello.

miércoles, 24 de diciembre de 2003

Dictadura comercial


Cuando llega la Navidad suelo recordar una escena que presencié en Bamendjou, aldea bamileke del oeste de Camerun. Los bamilekes son considerados como una etnia muy aferrada a su estructura social y de espí­ritu polí­tico y emprendedor.
Era un dí­a de época seca, como hoy, cuando un camión anunciaba su llegada desde muy lejos por la polvareda que levantaba en el horizonte.
Era el camión de la guiness, que decidió que en Bamendjou se iba a celebrar aquel día la "fiesta de la amistad". Aparcó en el centro del pueblo, frente a uno de los bares más frecuentados y comenzó a descargar cajas de botellas, banderines y pancartas con el slogan de la fiesta.
La visita de la guiness atrajo a los habitantes; mientras de la cabina atronaban unos altavoces la canción de moda de aquel año.
Los jóvenes se agolparon para conseguir una camiseta de las que regalaban, negra y con el slogan : "Guiness, is good for you"; al rato ya estaban bebiendo la cerveza y bailando al son de la música que la multinacional había previsto para el evento.
Fue entonces cuando un viejo (más tarde supe que se trataba de un notable, uno de los nueve consejeros del rey) se acercó a la cabina, ordenó parar la música y se acercó a la multitud. Todos callaron mostrando respeto, y el viejo comenzó a hablar. De su discurso en lengua ngemba apenas entendí­ las palabras que dijo en francés "dictadura comercial".
Al terminar, los mayores que estaban en el lugar asintieron y fueron abandonando el lugar, cada uno en una dirección, mientras la música volvió a atronar.
A poco los jóvenes se fueron yendo, tras acabar su cerveza y pagar.
Así terminó la "fiesta de la amistad" en Bamendjou. Duró apenas media hora.
Tras observar aquello boquiabierto, pregunté a un amigo si temí­an que el rey les apaleara o algo similar si no obedecí­an al notable. Mi amigo rió mi pregunta y respondió: "¡jamás!, este bar es suyo. Hemos comprendido que nadie tenía por qué obedecer a la guiness".

Para mí esto fue una lección de conciencia social.

martes, 23 de diciembre de 2003

Comienzo


Hoy comienzo un nuevo viaje, una nueva aventura, no sé adónde me llevará, pero ya tengo los bártulos preparados y todas las pertenencias que puedo llevar a la espalda pertrechadas.
Es un viaje referencial, una necesidad de apoyo, en un momento en que mis amarras se van soltando una a una, unas se me desgarran crujiendo, otras las desato yo, para no dañar la eslora de mi cordura.
Aquí no hablaré sobre Africa, que se me va alejando cada vez más, tal vez porque la herida ya se me va cicatrizando, (hace ya tiempo me dejó de sangrar), tal vez porque jamás regrese.
Quien me quiera acompañar, aquí le espero.

sábado, 20 de diciembre de 2003

La bisabuela


- Dame el bebé -me dijo la bisabuela- quiero tomarlo en brazos.
Le miró las manos, le colocó el vestido, la abrazó sobre su regazo y sus ojos se humedecieron.
Se quedó un rato así sin, decir nada. Los otros niños de la casa miraban la escena de lejos en el patio de la concesión, en silencio.
Estoy seguro de que conocer a su biznieta iluminó sus pensamientos sombríos, la amargura de una viuda que conoció días de dicha, que conoció el sufrimiento, que en aquellos días vivía el abandono, la espera parsimoniosa de los días de vejez, los días de recuerdo, de remordimiento, de revolver en rencillas pasadas, de husmear en momentos que ya son caducos, que ya no valen ni para sonreir, en un mundo cambiado, falso, mutilado.
Por fin, me miró y me dio las gracias. Me dijo que de verdad, del fondo de su corazón me da las gracias por haber venido. Por haberle presentado a su biznieta.
Y se quedó callada otro momento lleno de interminables recuerdos, de imágenes pasadas, de golpes de envidia, de desasosiego. Momentos de guerra, de dolor, momentos de pérdida, momentos de fiebre, de temblor, de locura, de lágrima.
- Ahora que ya conozco a mi biznieta, ahora ya me puedo morir.

viernes, 19 de diciembre de 2003

Tópicos, ignorancia y sospechas


En mi paseo diario, hoy me he topado con un título que me ha cautivado: "Pensando en Africa". Su autora, una periodista española, Lucí­a Alonso, ha vivido varios años en Zimbabwe y a modo de ensayo breve se pregunta el por qué de los tópicos de los españoles sobre el continente negro.
En sus páginas, va desgranando estas ideas tan asentadas en la opinión de la masa media, ideas que no sólo son de españoles, sino en general de este "club" de los nosotros, los buenos de la Historia, los civilizadores, los brillantes, los descubridores, los elegidos, todos estos apodos que suenan polí­ticamente incorrectos pero que manifestamos cotidianamente al referirnos a Africa.
Pienso que es el libro que recomendaría a cualquiera que sospeche que Africa tal vez no sea el continente de la guerra, el hambre y las enfermedades.
Y especialmente a ese 25% de la población española que se queda en blanco cuando le piden que cite uno solo de los países africanos.

Otros artí­culos de Lucía Alonso (subdirectora de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz):

jueves, 18 de diciembre de 2003

Poner el techo


En Africa un hombre solo puede construir su casa. Puede excavar sus cimientos, asegurarlos, puede construir sus muros, hay quien los hace de caña y adobe, hay quien fabrica bloques de cemento para levantarlos. Un hombre solo puede enfoscar esos muros y pintarlos con cal.
El techo de la casa se construye después, sobre el suelo, ensamblando una estructura de madera sobre la que clavará chapa de aluminio o ramas de palma trenzada.
Una vez terminado se levanta este techo sobre los muros y para ello hace falta la ayuda de los vecinos del lugar.
Por eso en Africa se dice que un solo hombre puede construir su casa, pero no puede poner el techo.
Manengumba me dice que las paredes del mundo también se están construyendo por hombres solos. Cada edificador de esos muros trabaja a su ritmo, unos son grandes, otros pequeños, algunos están bien terminados, otros aún a ras del suelo.
Manengumba piensa que pronto esos muros caerán porque nadie se decide a abandonar sus paredes para ayudar a alzar el techo de otro, todos temen que su construcción se vendrá abajo si la dejan para echar una mano a su vecino.
Manengumba sonríe al ver la torpeza de los hombres cejijuntos que no ven lejos. Se pregunta cuánto tiempo más estarán sobre la tierra.

miércoles, 17 de diciembre de 2003

Paz en Angola


El pasado lunes hubo en Madrid una conferencia sobre uno de los desastres olvidados, el de Angola.
El desastre de Angola consiste en una guerra que comenzó tras la independencia en 1975 y tras múltiples treguas fracasadas, es a partir del año pasado 2002 que se empieza a prometer una verdadera paz y el inicio de su futuro.
No quiero entrar en detalles sobre el origen de esta guerra, que nada tiene que ver con conflictos tribales sino de una guerra de esos dos gigantes que usaron también Angola como campo de batalla de la otra guerra mundial, la Guerra Fría, sólo frí­a en occidente, muy caliente y sangrienta en el sur del mundo.

De esta conferencia destaco tres ideas que me sedujeron especialmente:

- La paz en Africa proviene del diálogo popular. Y no de las negociaciones políticas, ya que la guerra hoy día es el sí­ntoma de un conflicto desesperado entre pueblos que se ven enemigos. Ninguna tregua será real si el pueblo no resuelve primero su conflicto interno, si dejan de ver a sus vecinos como enemigos y aprenden a comprenderlos y a vivir juntos. La guerra ha creado diferencias socio-económicas entre pueblos que antes estaban a un mismo nivel, la paz ha de fraguarse en la igualdad también a este nivel.

- El diálogo entre los pueblos angoleños ha comenzado de la mano de las iglesias cristianas. Angola es un país cristiano pero divido en iglesias (católica, evangelista, baptista, etc) y no se puede comprender Africa sin saber que los africanos son hombres y mujeres religiosos en su forma de vida, antes de los misioneros ya lo eran. Cuando las iglesias cristianas prepararon el Jubileo del año 2000, hicieron algo fundamental: unirse como iglesias para unir a los pueblos divididos en un diálogo, el inicio del entendimiento y la base para la igualdad.

- La ayuda para Angola es necesaria hoy. Angola es un paí­s rico en "potencia", pero dice la sabidurí­a bantú que
cuando el dinero no está en tu bolsillo tal vez no tengas para cenar esta noche. No sirve de nada esa riqueza potencial, hace falta ayuda económica hoy mismo, inmediatamente.
Y además de esta ayuda económica, aquí viene lo fuerte, agárrense a la silla para no caer, el reverendo Ntoni Nzinga dijo además que a Angola le hace falta que se produzca un cambio de valores. Y este cambio ha de ocurrir tanto en africa como en occidente. De nada servirá la ayuda si los inversores extranjeros sólo se instalan en Angola para enriquecerse y servirse del sistema de corrupción africano para subir en la bolsa.
Y digo agárrense a la silla porque yo añado: si tú y yo dejamos de ver Angola como una pelea de tribus y comenzamos a comprender que es un problema global de la raza humana y que esas tribus son tan solo hermanos nuestros, tal vez cuando nos pidan ayuda comprendamos que de verdad la necesitan y podamos de verdad ayudarles.

lunes, 15 de diciembre de 2003

Francia se desvela


Paradójicamente Francia se pone la medalla de la educación laica promoviendo una ley contra la exposición de los signos religiosos ostentatorios, como el velo musulmán, el kipa judío o la cruz católica en los atuendos de los escolares.
Yo me pregunto si esto es verdadero laicismo, ya que entiendo que una educación laica es la que se pretende abierta e integradora, capaz de escuchar opiniones diferentes y de dialogar en el respeto mutuo.
En principio prohibir no me parece que sea una opción de apertura, ni de integración.
Pero el gobierno francés no ha prohibido tajantemente sino que ha pedido consejo a una asamblea de sabios representantes de las religiones en Francia quienes han resuelto sus reflexiones en el Rapport Stasi, donde musulmanes, judíos y cristianos tratan de establecer puntos en común sobre el laicismo y los signos religiosos acusados de ostentar.
Sorprendentemente, los representantes de las religiones se muestran muy poco extremistas en el tema y sus conclusiones han sido unánimes en el sentido de acuerdo y comprensión mutuos. Ninguno de ellos considera correcto enfrentarse a la idea de prohibir el velo, el kipa o la cruz en las escuelas, y han aprovechado para manifestarse de acuerdo con una sociedad diversa donde se respetan y celebran cultos de diferentes confesiones, como el Yon Kippur o el Aïd el Kébir.
La reacción ante estas reflexiones en el resto del mundo ha sido igualmente positiva desde todos los frentes, pidiendo únicamente una cierta prudencia en la aplicación de la futura ley de discreción religiosa.
Mientras tanto Chirac mete la pata en su viaje a Túnez declarando ante los medios que el velo musulmán produce agresividad en el pueblo francés, afirmación cuanto menos anti-social, a mi juicio.
Por el momento los franceses se desvelan agresivos ante la nueva diversidad venida del extranjero, mientras los religiosos y los extranjeros se demuestran moderados y brillantes.
¿Acogerá Francia una sociedad de la integración cultural o emprenderá la reconquista de la sinrazón?

viernes, 12 de diciembre de 2003

El poeta muere de tristeza


Ahmadou Kourouma nos dejó ayer. Guerrero de tantas batallas, primero en Indochina, luego en Costa de marfil. En la primera puso su vida en juego por la causa francesa, en la segunda, por la causa que más amaba, su propio país. Y se decidió a hacerlo sin olvidarse de su lengua natal, el malinke, la cual supo presentar al mundo caligrafiada en francés. Condenado en su país por expresarse, por ser poeta, murió ayer en la fría europa, tras veinte años de exilio "no oficial", desde donde no resignó a callar, pero no pudo llegar a los oídos de sus hermanos como él deseaba llegar.
Su último mensaje, enfrascado en una botella y arrojada al mar tempestuoso de hoy: Alá no está obligado


jueves, 11 de diciembre de 2003

Todo se desmorona


En los libros de texto de los escolares africanos, la historia de su país comienza en el paleolítico y luego salta bruscamente al siglo XV, cuando los portugueses comienzan a viajar a la costa atlántica del continente para comerciar con marfil, oro y esclavos.
Ningún niño pregunta qué ocurrió con sus antepasados en todo el periodo entre el hombre de piedra y el africano actual, ya que temen seguramente que la respuesta sea "nada".
Y sería amargo aceptarlo, y también simplista, ya que no por carecer de indicios positivos de las civilizaciones africanas anteriores al hombre blanco hemos de concluir en su inexistencia.
Tal vez por ello, Chinua Achebe, quien sí preguntó a sus padres, narra en su primera novela Things Fall Apart, la civilización de la cual él mismo proviene, su estructura social, la economía del ñame, la familia poligámica, el respeto por la regla de la tradición, la magia en lo cotidiano, en conjunto, la sabiduría de un pueblo milenario al que se le ha negado su pasado... por ahora.
Y tal vez por ello, Things Fall Apart se haya traducido en treinta idiomas y se haya colocado a la altura de las novelas mejores del mundo, exactamente la tercera elegida en el Oslo Nobel Institute.
Traducida al español como "Todo se desmorona", lo considero no solo una excelente novela sino una puerta abierta a todo un mundo desconocido, a la verdadera Africa que nadie nos quiso narrar.

martes, 9 de diciembre de 2003

Nieve sobre París


Senghor es el primer ex-presidente africano, es decir el primero en perder unas elecciones democráticas y ceder su puesto al elegido por los votos. Este suceso histórico ocurrió en Senegal, en 1980 y habrá de repetirse en los demás estados africanos.
La originalidad de Senghor es que él ama a Africa y que además de planificar polí­ticamente la democracia en su país, también escribí­a poemas.
Un poeta que a los veinte años se fue a estudiar a París y allí conoció la navidad y la nieve.

Señor, tú que has visitado Parí­s, en este dí­a de tu nacimiento
porque se había vuelto avaro y malo
lo has purificado con el frí­o incorruptible
con la blanca muerte.
Esta mañana, hasta las chimeneas
de las fábricas cantan al unísono.
Arbolando banderas blancas
"Paz a los hombres de buena voluntad"
Señor, tú has propuesto la nieve de tu Paz al mundo dividido
A la europa dividida
A la España rasgada
Y el rebelde judí­o y católico ha disparado
sus mil cuatro cientos cañones contra las montañas de tu Paz.
Señor yo he aceptado tu frío blanco que quema más que la sal.
Y mi corazón se funde como nieve bajo el sol.
Olvido
las manos blancas que disparan tiros de fusil que destruyen imperios
las manos que flagelan esclavos, que te flagelan
las manos blancas polvorientas que te abofetean
las manos pintadas polvorientas blancas que me han abofeteado.
Las manos seguras que me han empujado
a la soledad. Al odio.
Las manos blancas que abatieron la selva
de roneros que dominaban africa, en el centro de Africa
Derechos y duros. Los Saras hermosos como los primeros hombres que surgieron de tus manos morenas.
Ellas abatieron la selva negra para hacer traversas de raí­les de tren.
Ellas abatieron las selvas de Africa para salvar la civilización, porque hací­a falta materia prima humana.
Señor, yo no saldré de mi reserva de odio, lo sé, ante los diplomáticos que muestran sus largos colmillos.
Y que mañana trocarán la carne negra.
Mi corazón, Señor, se ha fundido como la nieve sobre los tejados de París.
Al sol de tu dulzura.
Dulce para mis enemigos, para mis hermanos de manos blancas sin nieve
A causa también de manos de palizas, al atardecer, a lo largo de mis mejillas ardientes.

Léopold Sedar Senghor
"Chants d'Ombre" 1945, ed. du Seuil
Traducido al español por el autor del blog.

sábado, 6 de diciembre de 2003

Estación seca


La tierra se separó de los cielos. Las nubes se marcharon por el horizonte y los vientos comenzaron a danzar, a batir la tierra roja, a elevar remolinos de polvo, etéreos vestidos que se agitan al compás de los danzantes.
Gigantes de largos cabellos que se revuelven sobre sí mismos al ritmo de sus ansias y que deshacen los cúmulos de tierra que yacían sobre la vasta tierra de las montañas.
Las hojas verdes se encarnan ante la danza del viento y el sol se aleja y ya no brilla más. Tan solo los árboles conocen la danza de colosos y se atreven a acompañar el frenesí con sus ramas empolvadas de color de tierra.
Los ríos se vuelven ralos y hambrientos y en ellos croan las ranas de noche, reclamando el regreso de la lluvia a la blanca luna sonriente.
La época seca reina ya en Africa. Y no caerá una gota hasta bien entrado marzo.

jueves, 4 de diciembre de 2003

Cromatismo


Los avatares de la vida hicieron que antes de conocer Africa trabajara en un taller de tintura vegetal de lana, en la sierra de Segovia. Allí mis ojos aprendieron a distinguir con perfecta seguridad cientos de gamas diferentes de tonos cromáticos. Obtenía cada tono variando la proporción de tinte, en relación con la cantidad de lana, la temperatura del agua, la cantidad de mordiente empleado y el tipo de lana, básicamente. Acertar con la tonalidad exacta era tan difícil como acertar en el blanco disparando una flecha con un arco, ya que siempre atinabas un poco al lado, y la variedad cromática llega a obsesionarte.
Así, al llegar al continente negro, no me contenté con verlos todos iguales, como Barley, quien a sus sujetos de estudio los distinguía por las camisetas que llevaban. Ya que, en efecto, y al contrario de lo que los blancos suelen pensar, cada africano tiene una tonalidad diferente de color de piel, y este es un signo habitual de distinción.
En Africa hay hombres negros, brunos, rojos, claros, blancos, mulatos y albinos, y excepto a los últimos, un europeo los verí­a a todos "negros", quiero decir, un europeo de ojos monocromatizados para el tono negro.
En general, se suele considerar que la belleza se encuentra cerca del color claro y las mujeres usan productos cosméticos para reducir la cantidad de melanina, las llamadas cremas éclaircissantes. Pero no nos equivoquemos: ninguna de ellas pretende hacerse blanca del todo, como Michael Jackson, sino más clara.
Las mujeres "rojas" se dan en algunas etnias sólamente y su piel de color caoba se considera muy sexy, los padres reciben dotes millonarias por entregar a su hija púrpura en matrimonio.
También, hay colores claros de piel que permiten iris claros, despojados de melanina y son tremendamente llamativos los ojos verdes enmarcados en un rostro africano, así­ como tonos de cabello cobrizos, tradicionalmente considerados por algunas etnias como sí­mbolo de brujería, actualmente se descubren muy bellos.
Personalmente, yo tengo debilidad por las mulatas, y en general por todo lo mestizo.

lunes, 1 de diciembre de 2003

Beers & Blogs Madrid


Rompo el ritmo africano para informar a los madrileños o a quienes pasen por esta ciudad que hay en marcha una propuesta de Beers & Blogs en Madrid el próximo 13 de diciembre , sábado, a eso de las 20 horas.
UPDATE
Parece que el lugar ideal, ante la insistencia de Wayfarer, mis dudas sobre el Ducados café y la inmediatez de la fecha, será el HandyMan Tavern, Pza Carmen (metro Sol), un pub irlandés donde podremos hablar y vernos las caras.
Ya están apuntados:

Convocatorias al evento en Dos dedos, en Araña de las palabras, en Wayfarer, en Somiatruites y en El Frasco del Odio
El cartel oficial diseñado por Daniela Rogoza
Nos vemos !!!