Un volcán dormido en el corazon de Africa

viernes, 9 de julio de 2004


Dakar es una ciudad musulmana. Los viernes como hoy, hombres, mujeres y niños se visten de punta en blanco para acudir a la oración en cada una de las mezquitas. Una de las mayores es la que fue construida por el rey de Marruecos Hassam II.

El saludo oficial es Salam Aleikum, pero en seguida se añade, como si les hiciera falta, el nanga def, en wolof. Me recuerda a la formula de saludo de la España oscura: ave maría purísima, seguido del buenas tardes.

Otro elemento musulman que bien ha prosperado en Senegal, es la coletilla de los futuros. Por ejemplo, aqui no se puede decir "mañana nos veremos" sin añadir un insh allah (si Dios quiere), ya que todo cuanto ha de suceder se sabe sometido a divinos impedimentos.

La religion del cada dia, la que acompaña a las frases cotidianas, a los saludos, a los reproches. La que edifica monumentos de marmol y eleva torres por encima de las cabezas de los paseantes.

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