Cuestión de color
Cuando un europeo va a Africa, entonces es un blanco.
Cuando un africano viene a Europa, entonces es un negro.
Sin embargo la retina humana es capaz de distinguir miles de diferencias cromáticas. Incluso, cuando son entrenadas (como las de los tintoreros), pueden llegar a distinguir millones de colores diferentes. En realidad, no son los ojos quienes hacen las categorías, sino la mente. A medida que se conoce, las categorías cambian, se amplían, se deshacen.
Hasta hace pocos años, la gente no viajaba. Conocer otros lugares, explorar, comerciar, hacer viajes era un lujo reservado a muy pocos. La mayoría de la gente moría en el lugar donde nació, sin haberse alejado nunca a más de cien kilómetros.
Hasta hace pocos años, lo habitual era ser monolingüe. Lo habitual era nunca haber hablado en un idioma diferente al materno con un extranjero. Lo habitual era la endogamia.
Pero hoy ya no. Hoy se viaja, hoy se sabe que hay otros lugares, que hay otras tradiciones, que hay otras culturas que son diferentes a la nuestra, a la materna y que pueden ser igualmente válidas.
Hoy ya no solo hay negros y blancos, hay también mestizos. Mestizos no en color de piel, sino en color de ideas. Mestizos en opinión, en creatividad, en consciencia.
El músico y escritor camerunés Francis Bebey dijo :
"El mundo no necesita a los negros.
El mundo no necesita a los blancos.
Necesita a personas con un corazón, un alma y un cerebro".
El futuro del mundo no creo que esté en una nación o en otra. Está en los que tenemos un corazón mestizo, un alma mestiza y un cerebro mestizo.
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