Un volcán dormido en el corazon de Africa

domingo, 17 de octubre de 2004


Soweto (South West Township) cumple cien años, aunque hace cien años no se llamaba así. No tenía nombre. Hace cien años el appartheid no tenía nombre. Hace cien años el gobierno segregacionista de Sudáfrica, con la excusa de una sacudida de peste bubónica en algunos barrios de la ciudad, desalojó a los negros a punta de escopeta y los agrupó en la zona suroeste de la ciudad, en lugar apartado de la city, donde les aguardaban miles de casetas todas iguales de tejado de chapa y cuatro habitaciones en un descampado limpio.

La mayoría de los habitantes de Soweto habían venido de las zonas rurales del país para trabajar en las minas de oro recién descubiertas y la avalancha migratoria desató el miedo racista de la minoría blanca.

Cien años después, uno esperaría encontrarse con que Soweto se ha convertido en una ciudad museo, como Auswitz o como la Isla de Goré, pero no. Es cierto que el gobierno de Mandela creó infraestructuras y permitió a los negros establecerse en otros lugares de Joburg, pero Soweto sigue siendo hoy día la ciudad de los negros de Johannesburg. Soweto sigue siendo la misma ciudad sin nombre, sin árboles, sin agua corriente, sin esperanza. Soweto sigue siendo la ciudad de los desterrados, de los hacinados, de los pobres, de los marginados.

Soweto pertenece a la historia de Sudáfrica pero no al pasado, ya que sigue siendo también hoy día la ciudad de los negros.

Soweto en la red:
BBC: Cien años de un símbolo
Diez años después del Appartheid, de visita por Soweto
UNESCO: Grandeza y decadencia de la fuerza bruta

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