Libros no, arboles si
La gente que pasaba esta mañana por el Boulevard de la Liberté se quedaron boquiabiertos al ver aquel blanco loco que estaba rociando de gasolina un monton de libros que habia dispuesto a la entrada del centro cultural francés.
En la pira habia tres libros de texto de español, dos de historia francesa y otros dos de gramatica francesa.
Unos gritaban: "mira ven a ver un blanco que ha perdido la cabeza!"; otros decian "hay que llamar a la policia, igual le da por quemar otras cosas", a lo que otros respondian "no, esta bien, esta quemando los libros de la cultura opresora".
Yo no respondi nada, porque no entiendo de mitines politicos y tampoco me gusta la prision de new-bell.
Por fin, aquel improvisado publico aplaudio, cuando saqué de mi coche la enciclopedia larousse y la fui colocando sobre el fuego, tomo a tomo.
Entonces, fue como si el fuego hubiera desatado una especie de pasion colectiva y alguien echo a la hoguera los periodicos de aquel dia, tanto los de la oposicion como los gubernamentales.
Luego alguien trajo una television y también fue devorada por las llamas y los vitores.
En ese momento, la lluvia rugio, apagando los gritos de jubilo y cayo toda de golpe sobre la ciudad, haciendo que cada uno se escondiera y se diese por finalizado el evento.
Un volcán dormido en el corazon de Africa
domingo, 27 de julio de 2003
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