Un volcán dormido en el corazon de Africa

sábado, 23 de agosto de 2003

En el linde de la selva


A simple vista parecia un niño, por su estatura no debia tener mas de catorce años, pero cuando le vi acercarse, el color de su piel clara, sus ojos sonrientes y su nariz plana y ancha me sacaron de dudas: era un pigmeo.
Me saludó en correcto francés, cosa que me sorprendió pues pocos pigmeos van a la escuela de paredes de cemento, sino a la de columnas de arboles milenarios.
Se llamaba David, un nombre nada pigmeo, y en seguida se ofreció a ayudarme en mi trabajo.
- Oye David, por fin le dije, tu vives aqui?
- No, respondió sonriendo, yo vivo en Lolodorf, en la ciudad.
- Pero en qué trabajas?
- Estoy con mi mujer.
- No trabajas?
- Tengo un terreno en Lolodorf.
No me atrevia a preguntarle directamente si era pigmeo o no, porque de no serlo se enfadaria conmigo, ya que en el linde de la selva, nadie quiere ser pigmeo.
- Oye David, volvi a preguntar, tu hablas en ngumba? (es la lengua de los bantues que viven en la ciudad)
- Si
-Oye David, pregunté de nuevo, pero he notado que hablas un poco el bayele... (lengua de los pigmeos)
- También hablo bayele ... y se quedó un rato pensativo, esperó a que alguien terminara de pasar y me confió a media voz su secreto: "mi madre es pigmea, y mi padre es ngumba."
Entonces le sonreí. Y le dije: David, si tu padre es ngumba, entonces tu eres ngumba.
Y él me lo agradeció con su sonrisa.
- Bueno, David y ahora, me acercas la llave plana del diez?

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