Un volcán dormido en el corazon de Africa

jueves, 28 de agosto de 2003

Idealista


Al llegar a la selva, me recibió sor Elena, una hermanita de jesus, nacida en cataluña y que ha vivido cerca de cuarenta años junto a los pigmeos. Sabe hablar bayele y cada dia se levanta antes de amanecer y en la intimidad de las horas antes del sol saluda a dios, le da los buenos dias en bayele y le pide que ayude a sus hermanos pequeños, los pigmeos. Luego se pone sus chanclas de goma y camina veinte kilometros a través de la selva por caminos que bien conoce para estar junto a ellos.
Ya eran las once cuando irrumpi con el ruido del motor de mi coche rugiendo y resbalando sobre el barro de la entrada a ngovayang y al apagar el motor y hacerse de nuevo el silencio de la sinfonia de cantos de ave y melodias de colores, sor Elena ya estaba alli recibiéndome, pues, como buen pigmeo escucha los ruidos de la selva y sabe lo que va a ocurrir en ella.
-Ya no sabiamos si ibas a venir, me dijo. Te he preparado algo para que comas. No es mucho pero es lo que tenia ahora.
-Mi coche no me dejaba venir, le contesté. Siempre estropeado. Pero me encantaría poder venir mas tiempo, me encanta estar aqui.
-Ah si?, rió, nosotros pensabamos que no te gustaba esto...
-Si pudiera conseguir una forma de venir aqui y poder quedarme y estar seguro de que tendria qué comer, sin duda lo haria. Os ayudaria con los pigmeos, trataria de hacer venir un médico a este hospital antiguo y podriamos pedir ayudas a españa.
Sor Elena me miraba sonriendo, le brillaban los ojos, como a los pigmeos, y esperó a que dejara de hablar para decirme:
-Tu eres un poco idealista, no Juan?
-Idealista? respondi, pero bueno! Y ustedes no lo son???
Sor Elena rió a carcajadas, como hacen los pigmeos, y dijo, claro! si que es verdad!

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