Un volcán dormido en el corazon de Africa

viernes, 1 de agosto de 2003

Visita


Me decidí a visitar a mi amigo Yoko, uno de esos hombres que viven en el seno de la selva. Uno de esos hombres sabios.
Al llegar a su campamento construído con ramas y hojas verdes, su familia me recibió con una gran fiesta. Había avisado mi visita dos días antes y mis amigos habían preparado comida, cazado un jabalí, extraído la savia de la liana,todo para comer y beber juntos, dos días trabajando para recibirme.
Mientras comíamos, Yoko me apretó el antebrazo y me dijo riendo: "tengo una sorpresa para ti, mi hermano"
-Una sorpresa?, dije.
-Por fin conocemos tu pueblo. Hemos estado en el pais de los blancos. Hace poco que hemos regresado.
-De verdad? no es posible, habéis ido en avión?
-Mira, te voy a enseñar algo, una foto de donde estuvimos, mira aqui estuvimos, lo llaman Brasil.
Mi amigo me tendió una foto de la sede de las Naciones Unidas, con las banderas de todos los paises alineadas, y en la base Yoko, muy sonriente, con su familia.
-Esto es Bruselas, Yoko.
-Ah?, -gritó, riendo- ves como te digo la verdad? Fuimos en avión, yo, mis dos hermanos, mi mujer, sus mujeres y mis dos hijos mayores.
-Y quién os llevó, Yoko?
-Fue un blanco que vino con el jefe de los hombres de la ciudad.
-Y qué hicisteis alli? -preguté
-Fuimos a ayudar a tus hermanos, pues es verdad, como ya nos dijiste, alli no teneis selva. Apenas hay arboles y los que hay, son pequeños, como flores. Hemos estado alli, acampados, durante muchos muchos dias; alli hemos estado cantando y bailando cada dia, la cancion de las nubes, para acer que vengan cargadas de agua fértil, y la canción del viento, para que lleve las semillas de los arboles de la selva hacia vuestro pueblo, para que germinen en vuestro suelo y crezcan arboles de verdad.
-Gracias, Yoko, no sabes cuanto agradezco lo que habeis hecho por nosotros, de verdad que no sabía nada de vuestro viaje.
-Y te diré también que lo hemos pasado muy mal. En tu pueblo hay muy poca comida; nada como aqui, en nuestra casa. Y por las noches, ningun arbol nos protegia, tuvimos miedo, sabes?.
Pero ahora, por fin, ya hemos regresado, ya estamos aqui donde podemos criar a nuestros hijos con salud y con la proteccion de nuestra madre, la de todos. Y hemos decidido que no queremos ir mas alli. Os compadecemos mucho, porque vivís en un pais desolado y pobre.
-Pero ahora, Yoko, si la lluvia y el viento os han escuchado, la selva crecera alli, y podréis venir cuando querais.
-Claro, que si, mientras que haya selva, iremos, pero andando, porque el avión, eso nunca mas!
Y todos rieron. La fiesta continuó toda la noche y me colmaron de alegrias y de danzas. Cuanta riqueza!
Quieres saber más?
Voulez-en savoir plus?

No hay comentarios: