Un volcán dormido en el corazon de Africa

lunes, 16 de junio de 2003

Descenso



Me he decidido a descender al lugar donde viven los hombres, dejar mi montaña y encontrarme de lleno con la muerte y con la vida.
Al llegar llevé sobre mi espalada a una mujer, que estaba a punto de dar a luz, y ademas luchando con una enfermedad ya demasiado avanzada. Se llama tuberculosis.
Apenas puede respirar, los pulmones infectados de muerte, pero la mujer se mantiene sentada sobre su lecho. Apoyado el cuerpo sobre su redondo vientre, orbe de esperanza.
Le miro a los ojos y es como si el bebé hiciera que la mujer siga viva, inoculandole las fuerzas necesarias para que su madre no se someta a la enfermedad y poder nacer, poder existir.
Brutal e ineludible.
Asi es la cotidianeidad en el mundo de los seres humanos.
Qué ganas tengo de regresar a las montañas.

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