Un volcán dormido en el corazon de Africa

miércoles, 24 de diciembre de 2003

Dictadura comercial


Cuando llega la Navidad suelo recordar una escena que presencié en Bamendjou, aldea bamileke del oeste de Camerun. Los bamilekes son considerados como una etnia muy aferrada a su estructura social y de espí­ritu polí­tico y emprendedor.
Era un dí­a de época seca, como hoy, cuando un camión anunciaba su llegada desde muy lejos por la polvareda que levantaba en el horizonte.
Era el camión de la guiness, que decidió que en Bamendjou se iba a celebrar aquel día la "fiesta de la amistad". Aparcó en el centro del pueblo, frente a uno de los bares más frecuentados y comenzó a descargar cajas de botellas, banderines y pancartas con el slogan de la fiesta.
La visita de la guiness atrajo a los habitantes; mientras de la cabina atronaban unos altavoces la canción de moda de aquel año.
Los jóvenes se agolparon para conseguir una camiseta de las que regalaban, negra y con el slogan : "Guiness, is good for you"; al rato ya estaban bebiendo la cerveza y bailando al son de la música que la multinacional había previsto para el evento.
Fue entonces cuando un viejo (más tarde supe que se trataba de un notable, uno de los nueve consejeros del rey) se acercó a la cabina, ordenó parar la música y se acercó a la multitud. Todos callaron mostrando respeto, y el viejo comenzó a hablar. De su discurso en lengua ngemba apenas entendí­ las palabras que dijo en francés "dictadura comercial".
Al terminar, los mayores que estaban en el lugar asintieron y fueron abandonando el lugar, cada uno en una dirección, mientras la música volvió a atronar.
A poco los jóvenes se fueron yendo, tras acabar su cerveza y pagar.
Así terminó la "fiesta de la amistad" en Bamendjou. Duró apenas media hora.
Tras observar aquello boquiabierto, pregunté a un amigo si temí­an que el rey les apaleara o algo similar si no obedecí­an al notable. Mi amigo rió mi pregunta y respondió: "¡jamás!, este bar es suyo. Hemos comprendido que nadie tenía por qué obedecer a la guiness".

Para mí esto fue una lección de conciencia social.

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