Un volcán dormido en el corazon de Africa

viernes, 10 de octubre de 2003

La condena


Las noticias del primer mundo sobre Africa últimamente convergen en señalar al continente de la belleza como el panteón del VIH.
Dos artículos me han hablado del tema en estos días, uno y dos.

El que Otis refiere en su blog me parece muy interesante, pero victimista. No sé si es real completamente que el virus se extienda en Africa por necesidad económica, es decir porque las mujeres africanas vayan recogiendo dinero a fuerza de expandir el virus con el uso de su sexo. No me parece justo hablar así de mis hermanas. Porque además no es cierto.
El segundo artículo me lo envió Man y supone que la iglesia católica desanima a los creyentes a usar el preservativo, lo cual hace que el virus se reparta en la población que escucha las homilías. Este me parece que está muy, muy lejos de la realidad.
Para comprender el sida en Africa planteo dos ideas que hay que tener en cuenta como partida:

- Estrictamente, nadie muere de SIDA, sino de otra enfermedad diferente que se hace mortal al tener el sistema inmunitario debilitado por el VIH.

- Estrictamente, el preservativo es un intruso en una relación sexual, tanto para africanos como para primermundistas.

El hecho de que nadie muera de SIDA, sino de malaria, tuberculosis, fiebre tifoidea, etc. hace que cuando un africano oye hablar de esa nueva enfermedad, no se siente implicado porque no conoce ningún caso, ni próximo ni lejano de una ví­ctima de SIDA.

"Empezaron a hablar de SIDA en el extranjero, ahora vienen los extranjeros a hablarnos aquí de esa enfermedad que desconocemos y a vendernos preservativos. Vienen a decir que estamos también contaminados de su mal y a obligarnos a gastar dinero en un objeto de caucho para salvarnos. Ellos nos la han traído, que nos la quiten, entonces."

Esta fue la primera reacción ante las campañas de SIDA en Africa, alarmantes, desproporcionadas y dirigidas a un público al que no se tuvo en cuenta a la hora de ser diseñadas. Porque una cosa es ser médico o cientí­fico y otra cosa es cambiar costumbres y modos de ver la enfermedad.
Porque una cosa es ayudar a comprender un acontecimiento catastrófico y otra es decir "Estáis todos contaminados!", la cual pareció ser la idea principal de la campaña antisida dirigida a Africa.
Una cosa es ayudar y otra condenar.
Con el paso del tiempo y con acciones informativas alternativas a la campaña oficial, se va consiguiendo hablar del SIDA en Africa como la enfermedad que es, como una forma nueva de comportarse, como un cambio más en la nueva sociedad. Y ahora pregunto: ¿y si se hubiera planteado de esta otra manera la enfermedad en Africa, se hubieran ahorrado muertes?

Apunto también que el mismo error se cometió en los primeros de momentos del descubrimiento del VIH, recuerden la enfermedad de la triple H: hemofílicos, homosexuales, heroinómanos. Así se consideró, mientras morían amas de casa y bebés infectados.

De los errores propios se aprende. O se debeí­a aprender.

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