Un volcán dormido en el corazon de Africa

domingo, 7 de septiembre de 2003

A Aimé Cesaire


Amigo Aimé, mi hermano poeta
Hoy te digo que a mi me salen tus cuentas:
que dos y dos son cinco
que la selva maúlla
que el cielo se alisa las barbas

Que yo también asumo mi raza
mis pretensiones
mi raza de hombres esclavos de vida
esclavos del café a las siete
del findemes.
De mi raza de hombres salvajes,
sedientos, tramposos
de muertos vivientes camisa y corbata.
A mi me salen tus cuentas.
Que danzar la vida no retrasa
apurado es quien va solo
perseguido es quien se escapa.
Asumo mi raza maldita de felicidad
que nunca se encuentra
que se deja olvidada en casa
al salir
que se guarda para que no se vea,
que se embotella y se sirve fría
con gas
para los que tienen tu sed.
Te respeto tanto, mi hermano mayor, Aimé,
que me salen tus cuentas
y ya me apresuro a crear el teorema.
Enseñar aritmética a las razas,
antes de que todos hablemos el mismo frío idioma.

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