Un volcán dormido en el corazon de Africa

lunes, 15 de septiembre de 2003

Codicia


Al pie de Manengumba, está la ciudad de Nkong.
El suelo volcánico le otorgó la fertilidad de sus campos y la promesa de la prosperidad, pero fue maldita por la codicia.
Alemanes, franceses y por último griegos fecundaron la tierra con cepas de café, miles, millones de arbustos que al ritmo de las estaciones secas germinaban sus flores y engendraban millones de sacos de grano verde de café: arábica en los lugares altos y robusta en los valles.
La fertilidad construyó la ciudad, la producción encaminó las vías ferroviarias de la ciudad del café hasta el puerto y la carretera no tardó en adoquinarse.
Bellas casas con jardín y veranda aparecieron para alojar a los extranjeros que iban llegando cada vez más y los coches hicieron también su aparición.
Los extranjeros enseñaron a los indígenas a trabajar y éstos recibían su sueldo en unas piezas de latón que los colonos fabricaban y llamaban kap. Uno de aquellos trabajadores, Samba Martin, formado en Alemania, completó el nombre de la ciudad, ahora llamada Nkongsamba.
La ciudad de la prosperidad, donde el café manaba de la tierra y se clasificaba y ataba en sacos y se cargaban en vagones de tren, todo a cambio de unas piezas de latón. A más demanda, más kap. Los colonos ponían sus tiendas, donde vendían aquellas maravillas del mundo perfecto de ultramar, a cambio del kap sudor de sus frentes: mecheros, cerillas, cerveza, camisas, radios, azúcar, arroz, pan, bicicletas, lámparas de petróleo, cubos de plástico, botellas de vidrio, cerveza, sombreros, semillas de patatas, semillas de maíz, aceite de palma, sartenes de metal, cacerolas de porcelana esmaltada, libros, lápices, pizarras, tizas, conejos, pollos y patos, cepillos de dientes, jabones y peines, cocacola fría, vino y coñac, más cerveza aún.
Luego llegó la descolonización, los extranjeros marcharon y abandonaron las tierras al nuevo gobierno, quien subvencionó las recompras a los dueños tradicionales y a los trabajadores emigrados de otras regiones. Los bamilekes se quedaron con las tiendas.
Hoy, Nkongsamba es una ciudad bella pero envejecida y olvidada. Los edificios no se han arreglado, el asfalto de las calles se rompe un poco cada día, las fachadas coloniales se manchan de lluvia, los coches, siguen allí, los mismos citröen dos caballos, modelo escarabajo de los años 60, las vías ferroviarias se desmantelaron. Hoy los agricultores, desentierran cafetales para plantar maíz, banana o palma. Y muchos se fueron a las grandes ciudades, Duala o Yaundé.
Pero ahora, ya no hay esclavitud en Nkongsamba.
Veulez-en savoir plus?
UPDATE
Aclaro que esta historia real no ocurrió durante la edad media, como alguno puede pensar, sino a lo largo del siglo XX, mientras que Marx escribía sus teorías sociales, mientras que ocurría en rusia la revolución bolchevique, mientras que se imaginaba la ciudad hipotética walden, mientras que se representaban las obras de Bertol Bretch, mientras que el Ché empuñaba su bandera, mientras que españa votaba en sus repúblicas, mientras que Freud hablaba sobre los sueños, mientras se construía el muro de Berlin, tras destrozar Hiroshima con una sola bomba, mientras cantaban los Beatles Lucy in the Sky with Diamonds.
Camerún se independizó políticamente de Francia y Reino Unido en 1960.

No hay comentarios: