Un volcán dormido en el corazon de Africa

domingo, 21 de septiembre de 2003

Presente


Ni la acción de los misioneros, ni la imposición de la democracia acabaron con el sistema polígamo en África.
Hoy día, la poligamia es una opción matrimonial. Pero hay que elegirla y determinarla al casarse con la primera mujer. Al igual que la opción de bienes comunes o separados, está la opción de unión monogámica o poligámica.
Luego, en el hogar hay otras cuestiones que solucionar.
Cada mujer vive en su casa con sus hijos, pero todas en una porción de tierras heredadas o recibidas del jefe que se denomina concesión. La casa central es para el hombre y detrás están las de las mujeres. Aparte, están las casas de las viudas que dejó su padre, que se convierten también en cónyuges al recibir la sucesión.
Cuando el marido era un guerrero, éste se encontraba generalmente fuera de la concesión donde vivían las mujeres y apenas había problemas.
Ahora, que ya no hay más guerras que las económicas, el hombre suele permanecer en casa.
Ahora es cuando, para mantener la armonía entre las mujeres, entra en funcionamiento el ingenio del hombre de la casa. Aquí es donde el hombre ha de demostrar que la diplomacia es capaz de enfriar las guerras de celos entre sus esposas y sus respectivos hijos.
Se han dado casos de envenenamientos entre los habitantes de la concesión, debido a que el hombre no ha sabido manejar una simple discordia.
Muchas de estas concesiones hoy día permanecen vacías, pues las mujeres han huido de las presiones y de la lucha. Siguiendo el proverbio bamileke, mejor el frío, que la leña de la discordia.
En las ciudades, hay hombres adinerados que crean reducidas concesiones, pero la mayoría no serán nunca heredadas por su hijo sucesor.
Y es que por encima de la moral impuesta, hay algo que ha cambiado la sociedad africana y es simplemente, que los hombres ya no son esenciales, que las mujeres estudian y trabajan.
Y que también en áfrica estamos en el siglo XXI.

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