Un volcán dormido en el corazon de Africa

domingo, 28 de septiembre de 2003

Canción a mi Luna


Hay tanto que contarte, mi Luna, tanto...
Que las palabras brotan con torpeza de mi boca cuando no caen en torbellino, porque tanto hay en mi, tantos anhelos que he de convertir en frases, que te he de mostrar coloreando imágenes, hay tanto...
Deseos que nacen, que brotan a cada paso de mi nacimiento.
Y sé que me falta gallardía, mi Luna, que mis pies están acartonados, que avanzan despacio, pero avanzan seguros, avanzan pequeños pero mirando lejano, mirando a quien gobierna el cielo estrellado, la noche, mirando a la emperatriz de las estrellas.
Será tu sonrisa mi guía. Luz de plata que me mostrará el camino a tu regazo.
Mis palabras encierran misterios que son albos. Mis palabras encierran formas que son puras, que son belleza. Como son también mis deseos, como son también mis sonrisas, reflejo de los tuyos, de las tuyas.
Sé que mis ropas, mi equipaje, están sucios y atados. Espera a que llegue a tus frescas aguas, ellas limpiarán el trasiego.
Que tú, mi Luna, ya me cubres de un manto blanco, de luz de plata. Y sé que ninguna bestia de la noche me podrá detener en el camino que he marcado a tu ternura.
Esta es ahora mi empresa.

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