Un volcán dormido en el corazon de Africa

viernes, 5 de septiembre de 2003

Dioses


Para las montañas, el tiempo no existe. Todo cuanto ha ocurrido es el presente. El pasado es cuando la tierra bullía en el interior, cuando se desgajaban las colinas y se vertia la lava incasdescente sobre la espuma del mar. Entonces las nubes portaban azufre, los ríos llevaban lava y llovia fuego y llamas. Asi es como nacieron y crecieron hasta ser lo que son.
- Manengumba, dije al llegar, tu eres el dios de los hombres de alla abajo.
- Juan, tu sabes que solo soy una montaña, no?
- Pero los hombres te llaman el trono de dios, y pienso que es verdad ...
Manengumba sonrió. Bueno, tal vez lo sea: yo les llevo el agua limpia que beben; yo les detengo las nubes de tormenta, para que rieguen bien sus campos; sobre mis verdes pies pastan y engordan el ganado; en mis selvas moran aves y otra presas que cazan. Tienen razones para pensarlo.
Pero te voy a explicar por qué me llaman de este modo.
Saben que soy un volcán y me temen.

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